Lautaro Villalva es Licenciado en Ciencias de Datos (UGR) y Técnico Superior en Programación (UTN), tiene 28 años y vive en Las Tunas. Tomás Bongarrá es Licenciado en Negocios Digitales (UdeSA), tiene 23 años y vive en Portezuelo. Son analistas de datos, procesos y RPA, dentro del área Organización y Procesos, a cargo de Alejandra Mesplet.
Tras su paso por el Programa de Jóvenes Profesionales, en enero de 2024 se incorporaron a AVN enfocados en la mejora de los procesos mediante la automatización (RPA - Automatización Robótica de Procesos). Con un ritmo de trabajo intenso, la actividad de crear bots se enfoca en agilizar procesos de la Asociación Vecinal (Blue Prism, Python, Power Automate).
“Aprendimos el software Blue Prism, una herramienta que utilizamos en las automatizaciones de procesos. Nosotros nos encargamos de automatizar tareas que suelen tomar mucho tiempo para analistas de la organización. Esto quita una carga operativa y minimiza los errores”, explica Lautaro.
Robots que optimizan el empleo
Actualmente hay más de 11 robots funcionando, 7 tareas automatizadas con Python, y otros procesos en evaluación y diseño. Los beneficios son concretos: automatización en los procesos, menos errores, optimización del tiempo, y un mayor grado de seguridad en el trabajo. Cotidianamente Tomás y Lautaro tienen diálogo con otras áreas de AVN para poder detectar necesidades.
“Ante una necesidad, realizamos un relevamiento de tiempos, sistemas y personas involucradas en la demanda. -Describe Lautaro, sobre la cadena de tareas que intervienen en la automatización de un proceso y/o tarea -. Luego, vemos el paso a paso de cada tarea-proceso y validamos el mismo con el usuario. Una vez aprobado, lo trasladamos al código del robot. Para eso, diagramamos un boceto donde se van conectando las acciones que se deben realizar”.
“A partir de ahí, desarrollamos la secuencia de pasos. Luego, se hacen pruebas y validaciones, y una vez que el robot está terminado, lo clasificamos como productivo. Significa que puede correr sin que lo estemos mirando -complementa Tomás-. Si hay fallas, entramos y vemos qué es lo que hay que corregir en el mapeo. Son excepciones que no siempre maneja un robot, y forma parte de los márgenes posibles”.
El argumento que toma forma en la descripción de estos jóvenes es claro: la aplicación de los robots contribuye a alivianar las tareas repetitivas dentro de las áreas de trabajo. No sólo optimizan el tiempo, sino que quitan peso a algunas personas que, al dejar de hacer esas actividades, pueden realizar otras más productivas y analíticas.
La experiencia como Jóvenes Profesionales y el futuro
Un año antes de integrar el área, los analistas participaron del Programa Jóvenes Profesionales. “Pasé por varios sectores de AVN, mostré lo que sabía por mi carrera, y pude desarrollar algunas soluciones. Me sentí muy acompañado y hubo oportunidad de traer ideas”, explica Lautaro. Para Tomás, la experiencia también tuvo resultados concretos: “Sin dudas el programa ayuda a conocer a la empresa y a la gente. Si bien había proyectos asignados, encontré mucha libertad en cómo resolver algunas cuestiones, por ejemplo, en Recursos Humanos, desarrollé la web en una plataforma (Sharepoint) que hoy aloja distintas capacitaciones internas para las personas de la Asociación”.
El modelo de producción que integra las tecnologías digitales inteligentes al trabajo, llegó para quedarse. “Hay muchas oportunidades para desarrollar este tipo de herramientas. En la actualidad, nuestros bots no utilizan inteligencia artificial, lo cual es un objetivo incorporarla en el 2025”, concluye Tomás.